30 noviembre 2011

Trigésimo Séptimo Viaje



Mientras voY y VengO tuvo una siesta solo de publicación, los cercanos saben que es porque he viajado a la velocidad de la luz y por lo tanto mientras algunos envejecían yo me acostumbraba a bañarme en la fuente de la juventud.
Pero eso es otra historia y esto ahora es el final, porque ya no voy y vuelvo, ahora todo es mientras voy.
Finalmente escribo para decir que lo he disfrutado mucho joder, agradecer a quienes lo disfrutaron conmigo y darles un buen abrazo, porque para ellos lo hago.
Aquí queda flotando en el universo un planeta más que espero nunca deje de girar.


09 agosto 2011

Trigésimo Sexto Viaje


A veces cuando late con fuerza suele inundar el mundo que me rodea, lo he visto con mis propios ojos.
Y siendo visto ya no lo presiento.
Ahora que he visto el mundo tras los parpados puedo caminar seguro sin intentar entenderlo, muy seguro hacia ti, hacia todo, hacia mí.
Toda la vida será un viaje a vos.
Somos animales, ni más, ni menos, entonces de que se trata la libertad?

04 diciembre 2010

Trigésimo Quinto Viaje


Somos porteños, nos parecemos tanto, como a nada, siempre prestos a salir, tanto como a volver, somos porteños por primera opción, somos quienes no han ido lejos, somos tan trágicamente parecidos.
Pero vos sos de agua salada y yo soy de agüita dulce, vos sos olas y arena, yo barro y junco.

17 octubre 2010

Trigésimo Cuarto Viaje



Estoy viendo que cada vez más gente ya no corre al cambiar el semáforo a media cruzada.
Estoy viendo que cada vez más almas están cayendo en el eterno mar de la igualdad.
Estoy viendo los brazos fláccidos y longos de los seres terrestres arrastrarse sobre el asfalto.
Estoy viendo jorobas en los hombres que no labran la tierra, carentes de tratamiento de atardecer.
Estoy viendo humanos mareados de los ascensores sin olas, ni mapas, ni mar.
Veo gente que nunca va a ningún lado, ni nunca vuelve, gente que ya no ve horas de diferencia, cuando faltan años de paciencia.
Te estoy viendo tan desilusionada de la ilusión, tan atemorizada, en grito de guerra dentro de la ducha.
¿Porque ya no nos baña la luna?
Estoy viendo que cada vez falta más y sobra tanto.

26 julio 2010

Trigésimo Tercer Viaje



Harto de la poesía de la vida, de los dichos y las vueltas, tan cansado me tenés con el tango y yo que de reacción genética hago siempre las mismas boludeces para que esto sea un cuentito.
Que “tamos” grandes, que no es tan justo, que yo no tengo nada de Pablo mientras vos andas Dorando desde que naciste.
Que largo es el viaje como para dejar de existir, que las distancias son mejores que las dos dimensiones, que el frio, que el calor, que la soledad y las compañías, que me aburro, que quiero entretenerme, que sos todo hasta que no seas nada, que sos mi ejército y también quien me espía.
Que por siempre, que por hoy, que por un beso, que por siempre, que por hoy, que por un beso.
Poesía, te vuelves pesada con los años, harto de un escribirte que no lleva a nada, mi espíritu no es bueno para pensar, yo ya lo sé todo, pero sigo prefiriendo la poesía, de que desapareces y apareces, de que ya no eres voz, no eres texto.
A donde iras con tanta poesía, romperé la tierra y pondré los ladrillos de la humanidad encima de tu espalda, te mirare fijo y digno a convencerte de mi creer te pregunto: ¿podes decirme ahora que el mundo no pesa?

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Trigésimo Segundo Viaje



Llegue a tu casa con un espejo que he realizado con la plata de mis retinas. He llegado con él, para que en él te veas.
No es un espejo único, ni mágico, no es mejor, no es peor, no es especial, es sincero.
Mira tus detalles, mira lo que yo veo, mira tú nariz pequeña montañita cercana al Olimpo de tu boca, donde cuento los aros de tus labios de carey para saber hace cuantos siglos te me pierdes entre las manos, hace cuanto te bebo ambrosía.
En mi espejo esta tu risa y entre ella tus ojos de nipona con sus brillos de mercurio, están tus pómulos filosos cadenas montañosas que hacen terremotos cuando mueven las fronteras. En aquel reflejo tengo tus piernas, tu abdomen, tu ombligo, tengo tu oreja, tu piel sembrada de estrellas, tu cabello con raíces de trigo.
En el lago de plata que te he traído tengo el vaivén de tus manos en una caricia, tengo la mímica de tus uñas pintadas, tengo tus dientes de Chiclets, tu magia sin galera.
En el espejo que te regalo esta tu cuello de nácar, tu lunar alunizado, tu tobillo equilibrante, dragón sin finito, silencio atento, tu siesta reincidente.
Puedes mirar allí tus tardes con sol y pasto, tus pies no queridos, tu kung fu cerebral, tus aves incineradas, tu instinto animal, tu azul sobre negro, mi azul sobre blanco y mi cepillo de dientes listo con jabón de tocador.

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Trigésimo Primer Viaje



Dicen que al apoyar la cabeza en la almohada Vicente ya estaba totalmente convencido de cuál era la mejor idea para conquistarla. Muy despacio con una sonrisa se durmió; capaz fue soñando el momento en que abrían su regalo. En sus sueños brillaban  las sonrisas al abrir la sorpresa y tomar la dichondra que Vicente le había entregado, en un beso eterno se fundían sus labios y la vida daba vueltas como un trompo que no marea, hasta que el sueño se espesó provocando la borrachera.
Por la mañana se despertó con ansias, entro en el baño y cortase su diestra, la puso entre sedas en caja de madera envuelta con lazos de varios colores.
Salió por la puerta veloz y campante, chorreando el camino volviéndolo Marte, llego manejando sin volante, ansioso, algo traumado por el reciente episodio, con una sonrisa imborrable entregase la caja a Magdalena.
Vicente contento espero el momento en que Magda sonriera con especial aprecio, pero nada de esto paso en los hechos.
Como imaginaran, Magda abrió la caja, observo la diestra de Vicente, y le dijo con especial antipatía: -está sucia, cuando me traigas otra procura limpiarla antes-.




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28 junio 2010

Trigésimo Viaje


Alguien me dijo que te ibas, que esto iba a ser para los fuertes y los sobrehumanos. Y es que ya no soporto los sueños todo pasa mientras duermo y me armo, me muero y me desarmas, cuando vengo y te vayas no comiences con el final, no busques lo que busco sin pensar en que debo buscar.
No te olvides que largo será corto cuando quieras volver y eso te digo ahora que ya te has ido, vivís  en un rascacielos y no disfrutas un rascaespalda, duermes con almohadas de plumas de ganso y no tienes alas para volar, te abrazas a la gloria del olvido sin olivo, ahora que eres libre que el mundo no te juzga y eliges que te hagan jugo en las justas. Cuantas veces puedes querer vivir sin dormir al despertar, cuantas veces podrás sentirte basura sin cura, es ahí que mi papel empieza cuando se pone tiesa. No busques en el baúl lo que se ha roto en el motor.
Siempre me decís que no me entendes, que no soy claro… si fuera claro ya lo daríamos por terminado.

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Vigésimo Noveno Viaje


Has encendido a conciencia esta máquina, nada tan complejo puede encenderse solo, acá no hay botón de off/on, aquí no hay luces que digan algo, ni números que puedas relacionar a lo promediado en la felicidad ni el bolsillo, acá no podes apretar botones sin pensar, acá no existe “hacer un homero”, eres un espía, alguien que sabía lo que hacía, lo encendiste solo para ver todo volar.


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Vigésimo Octavo Viaje




Yo no le tengo miedo a nada, ni a los gitanos, ni a la noche, ni a los temblores, ni a la soledad, ni a los cementerios, ni al silencio, ni a los borrachos, ni a la muerte, ni a los flaites, ni a las arañas, ni a lo salvaje, ni a lo desconocido, a nada....
 Be happy

Daniela Schwarzenberg
 
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25 mayo 2010

Vigésimo Septimo Viaje



Hay días que golpean tan fuerte como Tyson.
Soy un reactor nuclear en una pecera.
Cada evento mágico es heredero de una anécdota.
Quizás podamos vivir debajo del mar sin ahogarnos,
Vos por sirena,
Yo por pescado.


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Vigésimo Sexto Viaje


Tocan el timbre.
Vas hasta la puerta y me decís que me buscan el miedo, la bronca, la ira, la injusticia y la soledad.
Te pido que digas que ahora no puedo, cierra la puerta ya.
Una semana más y vuelve el timbre a sonar, te pido por favor que atiendas la puerta una vez más.
Nuevamente el miedo, la bron…, la ir… la…
Diles que no puedo, que tengo mucho que hacer por una felicidad.
Pasan semanas y vienen sin llamar, tocan el timbre y me mandas a abrir, me niego, te pido por favor que abras la puerta vos, pero no podes.
Nos vemos mi amor, no me esperes despierta, me llevan el miedo, la bronca, la ira, la injusticia y la soledad.


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Vigésimo Quinto Viaje


Ahora que te gusta convertirte en el alfiler que pincha los globos que tú misma has llenado con el volátil gas de las ilusiones, que devaluaste tus besos y ataste mis llamadas a tus calzones.
Ahora que me he envuelto en los taninos de la nostalgia, me despido de tus lagrimas que no perdono que derrames por mí, no llores por nada.
En esta era en que exploto la galaxia me sacaste la careta y ya no me vestís de superman, te ahorraste los te quiero y yo los moretones de arrojarme al vacio pensando en volaaaaaaaaaaaar.
Estoy enfrentado al espejo que me has traído, nuevamente débil me han comido las hormigas la miel que me baña. Fue el agua caliente la que ha helado los días, no hay nada que cause más espanto que el charco de mi propia sangre cuando se enfría.
Te han dejado un sueño bajo la almohada, fue mi alma que ha huido porque te vas.


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31 marzo 2010

Vigésimo Cuarto Viaje



Siete días durmiendo al sol antes de tu caricia que me despierta.
Siete días con una paz tan llena de perdición y relajo.
Mi boca no reacciona, mi garganta reseca no me deja hablar, y tus caricias siguen y siguen sobre mí, sin poderme avivar.
Siete días de intenso calor, siete días cuento en mi perdición, siete días al borde del abismo, dormido en mi propio sudor.
Prefiero golpearme yo mismo, no me gusta perder el control.


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Vigésimo Tercer Viaje



Una caricia gigante que se extiende sobre todo mi horizonte es lo único que cabe en mi mente dentro de esta prisión, detrás del horizonte estas vos.
Intento entender lo de hacer la paz y no la guerra otra vez.
Soy el hombre faro en las costas de mi mundo, esperando me veas, grito luz una y otra vez bañando tus costas con mi “teleantipatía”.
Mi cabeza brilla como un cometa espejado en el acantilado al borde de la esperanza, lo más cerca posible de vos y sino apareces a través de esa línea prometo ser Egeo envuelto en banderas negras de coral.
Hoy soy un “flota-flota” a la deriva y no paro de inventar cosas a las cuales amarrarme, tus manos atadas a mi cuello y mis pies a un elefante de wolframio, no me sueltes ni una célula porque caeré. Así me tenés en el autito chocador itinerante a mil por hora en mi imaginación.
Necesito mi negro en tu piel y vos mi blanco en la tuya. 
Necesitamos unir las costas, podriamos ser Pangea.


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Vigésimo Segundo Viaje



Un, dos, tres, mil.
Mil infiernos a mi alrededor, el suelo se resquebraja y lenguas de fuego se elevan y gritan entre las grietas, mil infiernos en la mente y ni un recuerdo que podamos rescatar.
En el ámbito del alma el arte exige conservar la nostalgia.
La Mochila es lo suficientemente liviana mientras nadie altere el orden del producto y en un tiro al pecho se nos escapa la arena del desierto que nadie puede tostar.
En mi carretilla de plomo yo llevo mil años de silicio y una gran bolsa llena de moscas negras que se atreven a  volar mientras haya opción.
En mi ecológico carro de cartonero, a fuerza de sangre y hambre llevo los diarios de mi martirio que se incendian mientras haya opción, el fuego arde en mi espalda mientras tiro del carro, tras mi futuro se quema la política, el deporte y el policial de acción.
Cargo con mi chango de supermercado, en él llevo dos mil yogures vencidos de distinto sabor, y el ticket en la mano mientras tenga una opción. De la vainilla a la frutilla, me quedo con las tapas e intento ganar la promoción por una cuchara y un pack de almidón para el cuello de las camisas y para endurecerme el alma a fuerza de calor, y si en la próxima curva vuelco prométeme robar mis tapas, disfruta la cuchara, regala el almidón y tira las naranjas rodantes al mar.
Mil, tres, dos, uno.


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23 diciembre 2009

Vigesimo Primer Viaje

Las trompetas suenan, cae el telón y la “voz en off” anuncia: ha comenzado el juego del reino animal.
Huelo sangre fresca y el hambre me empieza a ganar, soy instinto puro, hincando los colmillos en tus piernas, sacudiéndome encima tuyo para desgarrarte un muslo. Mis dientes son un rallador de queso en tus nalgas.
Me estas volviendo…   ¿¿*??  …un poco loquito.

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Vigesimo Viaje

 En algún momento el verano se terminará, afortunadamente, recién comienza.

Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poquito solo
Es un casco de vidrio, es la vida, es el sol
Es la noche, es la muerte, es un lazo, un anzuelo
Es un árbol del campo, un nudo en la madera
Caingá, candela, es matita de pera.
Es madera del viento, alud en el despeñadero
Es misterio profundo
Es el quiera o no quiera
Es el viento venteando, el fin de la ladera
Es la viga, es el vano, la fiesta del tijeral
Es la lluvia lloviendo, la voz de la ribera
De las aguas de marzo, el fin del cansancio
Es el pie, es el suelo, es marcha caminera
Pajarito en la mano, piedra del tira-piedras.
Un ave en el cielo, un ave en el suelo
Un arroyo, una fuente
Un pedazo de pan
Es el fondo del pozo, es el fin del camino
En el rostro el disgusto, está un poquito solo.
Es un tarugo, un clavo
Una punta, un punto
Una gota goteando
Una cuenta, un cuento
Es un pez, es un gesto
Es la plata brillando
Es luz de la mañana, un ladrillo llegando
Es la leña, es el día, es el fin de la huella
La botella de ron, reventón caminero
El proyecto de casa, es el cuerpo en la cama
Es el coche atascado, es el barro, es el barro
Es un paso, un puente
Es un sapo, una rana
Es un resto de campo en la luz de la mañana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón.
Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poquito solo
Es una culebra, es un palo, es Juan y José
Un espino en la mano, es un corte en el pie
Son la aguas de marzo cerrando el verano
La promesa de vida de tu corazón.
Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poquito solo
Es un paso, es un puente
Es un sapo, una rana
Es un bello horizonte, una fiebre terciana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
La promesa de vida en tu corazón.
Palo, piedra, fin del camino
Resto de tronco, está un poquito solo.

Aguas de marzo 

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